1. Introducción
Tradicionalmente, el seguimiento y evolución del mercado de trabajo en España se ha llevado a cabo a través de diversas fuentes estadísticas. Sin embargo, la Encuesta de Población Activa (EPA) se ha consolidado como el principal instrumento de análisis. La información que recopila cada trimestre no sólo permite obtener numerosas clasificaciones, sino que también proporciona unos resultados fiables y precisos. La dificultad estriba en el proceso de recogida de datos y en el posterior tratamiento de la información. Las instrucciones de cumplimentación del formulario resultan complicadas de seguir y algunos de los conceptos e indicadores que se pretenden medir y cuantificar no se suelen interpretar de manera adecuada.
El presente trabajo presenta una metodología más directa y operativa para estudiar la realidad laboral y social de España en asignaturas de Introducción a la Macroeconomía. Con este objetivo, la estructura del mismo se divide en cuatro grandes bloques. Asimismo, se incluyen tres anexos en la parte final del documento.
El apartado dos, relativo al mercado de trabajo en España, introduce el tema objeto de estudio y ofrece una panorámica del mercado laboral español en perspectiva comparada. La situación en el contexto internacional es alarmante. En 2012, en torno a 200 millones de personas se encontraban en situación de desempleo en el mundo. Y de ese total, 75 millones eran jóvenes con una edad inferior a 25 años (World Bank, 2013). Además, European Commission (2012) señala que durante el periodo 2007-2011 el desempleo de larga duración se incrementó de manera significativa en la práctica totalidad de países de la UE-28. En España, en concreto, se multiplicó por seis. La infravaloración del ciclo contractivo durante los años 2008 y 2009, junto con el posterior estancamiento de 2010, evidenciaron la disfuncionalidad del mercado de trabajo español. Como consecuencia de todo ello, la implementación de las reformas institucionales y estructurales previstas para entonces tuvo que ser aplazada (Ortega y Peñalosa, 2012). En este escenario de inestabilidad y crisis económica, los efectos fueron particularmente intensos en dos de los colectivos más vulnerables: la población más joven y los individuos con un menor nivel de cualificación (OECD, 2014b).
Por todo lo comentado en el párrafo anterior, esta sección ahonda en la problemática del desempleo desde una doble vertiente: examinando las particularidades del paro juvenil y mostrando la influencia de las variables educativas. A nivel europeo, los datos utilizados provienen de Eurostat, la oficina estadística de la Comisión Europea. Para el caso español se ha recurrido al Instituto Nacional de Estadística (INE) (http://www.ine.es). Ambas fuentes nos han permitido describir e ilustrar el deterioro de los mercados laborales europeos, así como poner de relieve las ventajas de profundizar en este tema en un marco como el actual. Por otro lado, la ausencia de trabajos relacionados, dentro del ámbito de la docencia en economía pública, constituye un incentivo adicional para justificar la utilidad de propuestas y aplicaciones prácticas como las que aquí se desarrollan.
El tercer bloque se centra en la EPA, encuesta destinada a difundir las características socieconómicas de la población española que se publica trimestralmente por el INE. Constituye una de las herramientas más potentes a la hora de analizar el mercado de trabajo y marca el punto de partida de las actividades propuestas en esta investigación. De esta forma, las premisas seguidas en la elaboración de la EPA conforman el eje en torno al cual gravita la confección del “Cuestionario Javier” (formulario de elaboración propia que se anuncia en el siguiente apartado y que representa una de las piezas fundamentales de este trabajo).
La cuarta sección es relativa a las actividades sugeridas. Concretamente, se propone la realización de un ejercicio que consta de tres actividades. Se trata, en definitiva, de simular la EPA de un determinado trimestre a partir de los resultados obtenidos por un grupo de estudiantes. Por otro lado, el desarrollo de esta práctica pretende que la participación del alumnado en el proceso de enseñanza-aprendizaje sea máxima, colaborando con sus compañeros de manera dinámica y activa. Así, unas actividades procuran explotar al máximo el trabajo individual, mientras que otras están diseñadas para extraer lo mejor del trabajo en equipo.
La primera actividad, “Cuestionario Javier”, consiste en una síntesis del cuestionario EPA original. La reformulación de las cuestiones más elementales se ha llevado a cabo de forma rigurosa, respetando siempre las pautas generales de aquel. El resultado es un formulario más sencillo, pero fiel al original, que va dirigido al alumnado de asignaturas de Introducción a la Macroeconomía. Una correcta cumplimentación del mismo garantiza el aprendizaje de la terminología más básica, así como el de las agrupaciones poblacionales más significativas. A pesar de ser conceptos relativamente cercanos a los ciudadanos, a menudo se malinterpretan o se emplean erróneamente.
En la segunda actividad, los estudiantes habrían de trabajar con un programa de hojas de cálculo (en este trabajo se sugiere utilizar Microsoft Excel, pero se aceptaría cualquier otro) a partir de los datos recabados previamente. Supone una introducción al uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) y permite visualizar las características de la población examinada de manera instantánea. Intuitiva e ilustrativa, tiene como finalidad el análisis e interpretación de resultados.
La tercera y última actividad, generación de una nota de prensa, persigue desarrollar habilidades comunicativas, orales y escritas, que faciliten al estudiante la organización y transmisión de sus ideas a partir de argumentos sólidos y evidencias empíricas.
Finalmente, el último lugar está reservado para el preceptivo apartado de conclusiones, que resume las ideas más importantes del trabajo. El capítulo concluye con algunas reflexiones personales sobre el futuro del modelo educativo y la labor docente en España.
2. El mercado de trabajo en España: análisis de contexto y evolución reciente
Actualmente, el desempleo constituye una de las principales preocupaciones en los países desarrollados[1]. Sin embargo, en España la situación es aún más delicada. El paro no es un fenómeno exclusivo de los últimos años, sino que tiene carácter estructural. Por este motivo, y a fin de detectar otras debilidades propias y características del mercado de trabajo español, esta sección ofrece una panorámica muy reveladora del escenario actual.
Figura 1. Tasa de actividad en la UE-28 (en porcentaje)
Con carácter general, el periodo 2007-2014 ha estado marcado por los devastadores efectos de la crisis económica y financiera internacional sobre los mercados laborales de toda Europa (BBVA Research, 2011; European Commission, 2014; OECD, 2014b). Si bien los diferentes países integrantes de la Unión Europea (UE) se han visto perjudicados a muy diversa escala, todos ellos han experimentado un significativo deterioro en sus indicadores económicos y sociales.
Comenzando entonces por la actividad, el primer apunte es relativo a la evolución de la tasa de actividad en el contexto de la UE-28. De este modo, la tendencia observada en casi todos los países es similar, con un ligero repunte en 2016 en comparación con la cifra de 2007. En cuanto a España, el dato de 2016 se sitúa ligeramente por encima de la media europea (Figura 1).
No obstante, resulta más interesante contemplar la evolución de la tasa de actividad femenina, ya que el incremento que se aprecia en España en 2016 es de los mayores en la UE.
Figura 2. Tasa de actividad femenina en la UE-28 (en porcentaje)
Esta circunstancia encuentra explicación en la fuerte destrucción de empleo en el sector de la construcción y la industria durante los últimos años, la cual afectó mayoritariamente a los hombres. En consecuencia, numerosas familias se quedaron sin una importante fuente de ingresos y muchas mujeres tuvieron que incorporarse al mercado laboral de manera inmediata. Como consecuencia de todo ello, las diferencias existentes en la actividad por razón de sexo se vieron reducidas de manera destacada.
Figura 3. Evolución de la tasa de actividad en España, por sexo (en porcentaje)
El segundo de los ejes a tratar es el de la ocupación. En términos comparativos, España viene registrando una de las tasas de empleo más bajas de toda la UE-28 y se sitúa muy por debajo de la media europea.
Figura 4. Tasa de empleo en la UE-28 (en porcentaje)
Otra forma de analizar la ocupación es cuantificar la destrucción de empleo por ramas y sectores de actividad. En este caso, los datos revelan que el sector de la construcción ha sido uno de los más castigados por la crisis. Y las repercusiones han sido especialmente duras en el caso de los hombres. El diagnóstico desde esta perspectiva pone de manifiesto que la existencia de ocupaciones fuertemente masculinizadas y feminizadas es una realidad en España.
Figura 5. Destrucción de empleo por sector de actividad y sexo en España: IIT/2008 – IIT/2013
En último lugar, cabe describir la situación de la ocupación según el carácter del contrato y la duración de la jornada laboral. Las cifras indican que durante los peores años de la crisis se llevó a cabo una elevada contratación a tiempo parcial. No obstante, este dato aún es inferior a la media europea.
Figura 6. Empleo a tiempo parcial no deseado sobre el total de empleo parcial en España (en porcentaje): IIT/2008 – IIT/2013
Además, también evidencian que la excesiva temporalidad es otro de los rasgos característicos del mercado de trabajo en España. En un ejercicio comparativo frente a las principales potencias europeas, las cifras son aún más reveladoras.
Figura 7. Evolución de los empleados con contrato temporal sobre el total de empleados en la UE-28 (en porcentaje)
El tercer y último pilar es el análisis del desempleo. Antes del inicio de la crisis, España registraba una de las menores tasas de paro de su historia y sus datos de desempleo, en términos relativos, eran semejantes a los de la media europea. Los datos correspondientes a 2016, por el contrario, muestran cómo la tasa de paro en España se eleva muy por encima de la alcanzada por cualquier otro país de nuestro entorno, a excepción de Grecia.
Figura 8a. Tasa de paro en la UE-28 (en porcentaje)
Figura 8b. Tasa de paro en la UE-15: 2016 (en porcentaje)
Tal y como se ha apuntado con anterioridad, durante los años de crisis el desempleo de los varones aumentó bastante más que el de las mujeres. La significativa destrucción de empleo observada en los sectores masculinizados, como la construcción y la industria, es una de las principales razones que lo justifican. Sin embargo, la magnitud del problema es igualmente preocupante para ambos sexos.
Figura 9. Tasa de paro en España, total y por sexo (en porcentaje)
Por cohortes de edad, las cifras correspondientes a los más jóvenes evidencian que se trata del colectivo más vulnerable. En concreto, la población de 16-19 años y la de 20-24 años han sido los dos grupos más afectados. En ambos casos, las tasas de desempleo se han disparado hasta cotas inimaginables hace no demasiados años (en el siguiente apartado se ofrece un análisis pormenorizado del paro juvenil).
Figura 10. Tasa de paro en España, por tramos de edad (en porcentaje)
Finalmente, cabe realizar un breve apunte sobre el nivel de salarios y su evolución actual. En España, paradójicamente, la evolución de los mismos experimentó un alza en las primeras etapas de la crisis que estuvo motivado por las modificaciones acaecidas en la estructura de la ocupación. Con el inicio de la crisis, se observa un reseñable incremento en el porcentaje de trabajadores con elevada formación y experiencia, sobre el total de ocupados, en detrimento de aquellos individuos empleados en sectores de menores requerimientos formativos o de baja cualificación. Como la población mejor formada suele percibir, en general, salarios más elevados, la circunstancia descrita permitiría explicar, al menos parcialmente, el incremento salarial que tuvo lugar durante los primeros compases de la crisis (“efecto composición”). Algunos trabajos recientes para el caso español (Fernández e Izquierdo, 2013) tratan de medir la magnitud de este sesgo a partir de la literatura clásica (Solon et al., 1994).
2.1. Desempleo juvenil
El desempleo juvenil constituye una de las principales lacras de la economía española en la actualidad (European Commission, 2013; Ministerio de Empleo y Seguridad Social, 2013). A pesar de que la reciente crisis económica ha empeorado aún más, si cabe, esta situación (en el segundo trimestre de 2017 la tasa de paro de los jóvenes entre 16-19 años alcanzó el 55,98%; en los de 20-24 años, por su parte, fue del 36,15%), resulta más inquietante que se trate de un fenómeno persistente.
En consecuencia, el hecho de que la problemática del desempleo juvenil presente carácter permanente no sólo anuncia graves consecuencias para la situación presente y futura de los jóvenes españoles, sino que además condiciona y restringe el crecimiento potencial de la economía en el largo plazo. Los estudiantes de Introducción a la Macroeconomía, a las puertas del mercado laboral, deben ser conscientes de esta realidad.
De entre todas las categorías y desagregaciones posibles, la más alarmante es la relativa al desempleo de larga duración (12 meses o más). En 2007, el porcentaje de jóvenes en esta situación, con edades comprendidas entre los 15-24 años, representaba el 13% del total de jóvenes parados (una cifra muy inferior a la media de la UE-28, que era del 26,1%). No obstante, este tipo de desempleo en España, en 2015, alcanzó el 33,5%; en la UE-28, por su parte, no superaba el 20%. Descrito el escenario, el siguiente paso es profundizar en las causas que lo han propiciado. Según BBVA Research (2011), los principales motivos que ejemplifican esta debilidad estructural del mercado de trabajo español se pueden concretar en los siguientes:
(1) Alta tasa de abandono escolar temprano. Este indicador se define como el porcentaje de población entre 18-24 años que no ha completado la educación secundaria superior (o de segunda etapa) y no sigue con formación alguna[2]. En 2016, España tenía la segunda tasa más elevada de la UE-28.
(2) Elevada temporalidad. Es un rasgo característico del empleo juvenil en todos los países europeos, pero afecta fundamentalmente a la economía española. En 2016, España mostraba una tasa de temporalidad cercana al 68% para el grupo de edad 15-24 (casi treinta puntos porcentuales por encima de la media de la UE-28) y contrasta con las tasas de temporalidad observadas en países punteros: Alemania e Italia apenas superaron el 50% y Francia registró un 57%.
(3) Marcada polarización en el empleo joven. Durante los últimos años, el aumento de la formación en España ha estado sesgado hacia la educación universitaria, lo cual ha originado un importante desajuste entre la oferta y la demanda de trabajo por nivel educativo.
(4) Excesivo trabajo a tiempo parcial. España cuenta con una tasa de empleo juvenil a tiempo parcial superior a la media europea. En 2016, un 38,7% de los jóvenes empleados en España lo hacía a tiempo parcial. La media de la UE-28 para entonces era algo inferior y oscilaba en torno al 32%.
Figura 11. Tasa de abandono escolar temprano en la UE-28: 2016 (en porcentaje)
2.2. Trascendencia de las decisiones educativas
La reciente crisis económica ha puesto de manifiesto que sus consecuencias sobre los niveles de desempleo han variado significativamente en función del nivel educativo de las personas (Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, 2013). Por este motivo, vamos a analizar el alcance de las decisiones educativas desde diferentes ópticas.
En primer lugar, nos referiremos a la tasa de abandono escolar, puesto que, tal y como acabamos de indicar en el apartado anterior, constituye uno de los factores determinantes de las elevadas cifras de paro observadas hoy en día en España. En esta línea, OECD (2014a) confirma que abandonar el sistema educativo antes de completar la enseñanza secundaria superior dificulta sobremanera la transición al empleo de los más jóvenes. Además, trae consigo repercusiones negativas sobre su carrera laboral, ya no sólo por carecer de los conocimientos considerados básicos para acceder al mercado de trabajo, sino también por su menor tendencia a participar en acciones formativas a lo largo de su vida laboral.
En segundo lugar, European Commission (2014) estima que otro de los condicionantes básicos en la configuración del escenario actual es el incremento en el número de jóvenes que ni estudian, ni trabajan, ni reciben otro tipo de formación (coloquialmente, “Ninis[3]”). Los datos de Eurostat para el año 2016 reflejan que, en España, la tasa de jóvenes (15-24 años) sin trabajo que no estudian (14,6%) se situó entre las más elevadas y tres puntos por encima de la media de la UE-28 (11,5%) (Figura 12).
Si bien hasta el año 2008 la tasa española convergía con la media europea, el inicio de la crisis económica supuso un agravamiento de la situación considerable. Los datos muestran que a partir de 2008 la tasa se incrementó de manera significativa, pasando de un 14,4% en 2008 a un 18,6% en 2013. En cuanto a los jóvenes de 25-29 años, el escenario es aún más dramático: España registró una tasa del 29,5% en 2013.
Figura 12. Tasa de jóvenes sin trabajo que no estudian en la UE-28: 2016 (en porcentaje)
El tercer y último de los factores que vamos a contemplar en este apartado es el bajo conocimiento de idiomas extranjeros que presentan los estudiantes en España. Se trata de una de las mayores deficiencias del sistema educativo español, pero, al mismo tiempo, representa uno de los aspectos más valorados a la hora de acceder a un empleo.
Figura 13. Conocimiento de idiomas entre la población con 25-34 años en la UE-28 a: 2011b (en porcentaje)
Según datos de Eurostat de 2011 (los últimos publicados), en España casi el 40% de las personas entre 25 y 34 años sólo conocía su lengua materna, lo que supone casi treinta puntos porcentuales de diferencia respecto a otros países como Alemania (11,5%) y cerca de dieciocho puntos de distancia con la UE-28 (22,8%) (Figura 13).
A modo de síntesis, podemos concluir que la situación laboral de la población, en general, y de los jóvenes, en particular, está condicionada por su confianza en la eficacia del sistema educativo. En un contexto de exceso de oferta de trabajo y de crecientes requerimientos formativos por parte de las empresas, como el que se da en la actualidad en España (García López, 2014), la probabilidad de que un joven acceda a un puesto de trabajo estable y bien remunerado depende fundamentalmente de la cantidad y calidad de la educación recibida.
3. La Encuesta de Población Activa (EPA)
La EPA[4] es una de las principales herramientas utilizadas para el análisis de la situación y evolución del mercado de trabajo en España. Se trata de una investigación por muestreo, de carácter continuo, que tiene como objetivo proporcionar información de las diferentes categorías poblacionales en relación con el mercado laboral. La periodicidad de sus resultados es trimestral y se elabora por el INE a partir de las recomendaciones y criterios objetivos establecidos por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), cuyas orientaciones, definiciones y propuestas sirven de referencia a la mayoría de países europeos.
Se viene realizando desde 1964 y utiliza una muestra de unas 65.000 familias, las cuales equivalen a unas 180.000 personas. La entrevista se realiza personalmente a un miembro del hogar, que es quien debe responder a todos los cuestionarios de las personas que conviven en ese hogar. Posteriormente, se llevan a cabo otras entrevistas para corroborar el correcto seguimiento del hogar seleccionado que no entraremos a concretar.
Otro de los aspectos a subrayar en este apartado es el de la clasificación de la población. Según Pérez Infante (2006), la más básica utilizada por la EPA es aquella que diferencia entre individuos que no tienen edad legal para trabajar (los menores de 16 años) y las personas que sí cumplen este requisito (población de 16 y más años). A su vez, la población en edad de trabajar, o población potencialmente activa, se subdivide en población activa e inactiva. Dentro de la población activa encontramos a ocupados (individuos que están trabajando) y parados (personas que no trabajan, pero que esperan hacerlo y que están disponibles para su inmediata incorporación al mercado de trabajo). Por lo que se refiere a los inactivos, son quienes no trabajan y no desean o no están disponibles para hacerlo. Los colectivos de inactivos más destacados son los jubilados o pensionistas, los estudiantes, los incapacitados para trabajar y las personas encargadas de las labores del hogar.
Descritos los principales protagonistas del mercado de trabajo a partir de las diversas categorías poblacionales, cabe significar que el seguimiento en niveles, o términos absolutos, no es el único que se puede llevar a cabo. En ocasiones, resulta muy útil emplear tasas para medir la evolución relativa de un determinado colectivo. En este sentido, las tres tasas más importantes para estudiar el mercado de trabajo según la EPA son las siguientes: tasa de actividad, tasa de empleo y tasa de paro o desempleo. Siguiendo las pautas establecidas en Instituto Nacional de Estadística (2008), las podemos definir como sigue:
– Tasa de actividad: Es el cociente o razón entre la población activa y la población en edad legal de trabajar.
– Tasa de empleo: Es el cociente o razón entre la población ocupada y la población en edad legal de trabajar.
– Tasa de paro: Es el cociente o razón entre la población parada y la población activa.
Entre los detalles más técnicos de la EPA, cabe mencionar aquellos relativos al ámbito de la encuesta[5]. Éste se puede concebir desde una triple perspectiva: (1) Ámbito poblacional: la encuesta tiene como público objetivo la población que habita en viviendas familiares principales, esto es, aquella utilizadas la mayor parte del año como residencia habitual o permanente; (2) Ámbito geográfico: la encuesta abarca todo el territorio nacional; (3) Ámbito temporal: la EPA es una encuesta continua de carácter trimestral.
No obstante, en este apartado es preciso realizar, asimismo, otra división:
– Periodo de referencia de los resultados de la encuesta: el trimestre.
– Periodo de referencia de la información de recogida: la norma aceptada es considerar la semana previa a la realización de la entrevista como semana de referencia. Sin embargo, existen algunas excepciones. Algunas preguntas como los métodos de búsqueda de empleo o las particularidades de la jornada de trabajo se refieren a las cuatro semanas anteriores, la disponibilidad para trabajar, a las dos siguientes, mientras que la edad del individuo se refiere a la que tuviera el último día de la semana de referencia (el domingo).
En lo relativo al diseño de la encuesta, únicamente puntualizaremos que la EPA utiliza un muestreo estratificado a partir de las secciones censales. A pesar del interés que suscita esta cuestión, no profundizaremos más en aspectos técnicos por no constituir uno de los objetivos del trabajo[6].
4. Actividades docentes
En esta sección se van a describir y proponer tres actividades, claramente interrelacionadas entre sí, para el estudio del mercado de trabajo en asignaturas de Introducción a la Macroeconomía. Se trata de un ejercicio que persigue, entre otros, promover la interacción y cooperación entre el alumnado para desarrollar una dinámica que no se fundamente exclusivamente en el tradicional estudio y seguimiento de un manual de referencia (Krugman et al., 2015; McConnell et al., 2010). Para ello, y siguiendo algunas de las sugerencias e indicaciones de Romero Jordán (2003), se plantean diferentes tareas que exigen una mayor implicación en el proceso de enseñanza-aprendizaje por parte de los estudiantes y que constituyen una primera aproximación a valiosas herramientas y técnicas de análisis.
En el apartado inmediatamente precedente, se ha reseñado que la EPA constituye uno de los instrumentos más potentes a la hora de analizar las principales características del mercado de trabajo en España. Del mismo modo, también es una fuente estadística difícil de conocer en detalle por lo enrevesado del procedimiento. Teniendo en cuenta estas consideraciones, y valorando la necesidad de dominar los fundamentos más básicos de la misma, este epígrafe describe tres actividades complementarias que mantienen las virtudes del cuestionario original y que, al mismo tiempo, resultan mucho más fáciles de llevar a cabo.
La primera de las actividades sugeridas es un formulario inspirado en la EPA que el alumnado habría de formalizar en su hogar: “Cuestionario Javier”. Esta actividad tendría carácter individual. La segunda consistiría en rellenar una plantilla[7] de una hoja de cálculo a partir de los resultados obtenidos en el formulario anterior. Una vez introducidos los datos correspondientes, la herramienta Microsoft Excel calcula automáticamente determinadas sumas y genera diversos gráficos.
Figura 14. Capturas de pantalla relativas a la segunda actividad
Al igual que la anterior, también tendría carácter individual. Finalmente, la tercera actividad propuesta tendría como propósito replicar la nota de prensa que el INE publica cada trimestre con los principales resultados de la EPA. Así, la tarea del alumnado en este caso no sería otra que la de redactar las principales conclusiones del ejercicio a la luz de los resultados recopilados en el “Cuestionario Javier” y posteriormente visualizados a través de Microsoft Excel. En este caso, sin embargo, la actividad se llevaría a cabo de manera colectiva. El ejercicio concluiría con una presentación por grupos.
De esta forma, se intentarían recrear o simular las principales etapas de una EPA concreta entre estudiantes que se inician en Macroeconomía. El proyecto se estructuraría en tres fases que se corresponderían con las actividades que acabamos de describir: cumplimentación del “Cuestionario Javier” (actividad 1), cumplimentación de la hoja de cálculo (actividad 2) y redacción de las conclusiones (actividad 3). En este sentido, Travé González (2001) manifiesta que toda actividad debe especificar el objetivo que da sentido a su realización, la forma de llevarse a la práctica, indicando recursos y medios didácticos empleados, así como la temporalización. Además, ha de definir el agrupamiento del alumnado, cuando proceda, delimitando las tareas o pasos a llevar a cabo para alcanzar los objetivos propuestos. A continuación, se desglosan y detallan todos estos elementos para el caso que nos ocupa:
Objetivos: con carácter general, se pretende que el alumnado descubra, mediante su propia investigación, el debate y la reflexión, la terminología más básica empleada en el estudio del mercado laboral, así como la forma en que se calculan los indicadores más relevantes.
Adicionalmente, se persiguen los siguientes objetivos específicos: (1) Determinar la incidencia que la actual crisis económica ha tenido (y tiene) sobre el mercado de trabajo de la economía española, una de las más afectadas por la crisis en la UE; (2) Explorar las funcionalidades elementales de Microsoft Excel y descubrir algunas ventajas potenciales no tan obvias; (3) Valorar todas las ventajas y utilidades que ofrece la EPA a la hora de proponerse un estudio exhaustivo y minucioso del mercado laboral en España; (4) Identificar las particularidades del mercado de trabajo en España; (5) Reconocer la relevancia de las variables sexo y nivel educativo cuando se trata de analizar las características del paro en España.
Competencias a desarrollar: tal y como está diseñado el ejercicio, serían las siguientes: (1) Capacidad de elaborar indicadores básicos de mercado de trabajo que permitan resumir la situación laboral en España a partir de los datos publicados por una de las principales fuentes estadísticas: la EPA; (2) Capacidad de comprender e interpretar, de forma crítica y autónoma, el impacto de la crisis económica actual a través de la evolución de los indicadores más destacados del mercado de trabajo (tasa de actividad, tasa de empleo y tasa de paro); (3) Capacidad de enriquecer las presentaciones, tanto orales como escritas, y de redactar con claridad conclusiones sobre el alcance de fenómenos económicos concretos relacionados con el mercado laboral; (4) Capacidad de crear opiniones personales, así como de comunicarlas con rigor y meticulosidad, y de aceptar las discrepancias y la diversidad de puntos de vista como parte del proceso de maduración personal y profesional; (5) Capacidad de actuar de modo responsable, participativo y respetuoso cuando se trabaje de forma colectiva; (6) Capacidad de dominar las TIC para explicar las singularidades del mercado laboral español al momento presente.
Carácter del ejercicio: sería fundamentalmente no presencial, puesto que la cumplimentación del “Cuestionario Javier”, así como la actividad 2, se habrían de realizar en casa. No obstante, también presentaría carácter presencial.
Las instrucciones impartidas por el docente en el aula para la realización del ejercicio (el primer día), el tiempo concedido al alumnado para desarrollar la actividad tres en el aula[8] y las exposiciones orales por grupos serían presenciales.
Recursos necesarios: por lo que al alumnado se refiere, resultaría imprescindible disponer de un ordenador personal con el paquete Microsoft Office[9] instalado para llevar a cabo la segunda actividad. En cuanto al docente, se encargaría de suministrar a sus estudiantes el material imprescindible para desarrollar correctamente las tres actividades programadas: en papel entregaría una copia del “Cuestionario Javier” (primera actividad) y otra de la plantilla elaborada para generar la nota de prensa (tercera actividad). Además, una vez completada la primera actividad, también proporcionaría a cada uno de sus alumnos una copia del “Cuestionario Javier” cumplimentado por el resto de compañeros. Esta última puntualización permitiría que la plantilla de Excel correspondiente a la segunda actividad se cumplimentara con los resultados de toda la clase.
Cronograma: El ejercicio global está concebido para llevarse a cabo durante tres semanas[10]. La primera semana estaría destinada a la cumplimentación del “Cuestionario Javier”, un tiempo razonable para ponerse en contacto con todos y cada uno de los individuos potencialmente “encuestables[11]” y completar la actividad. Lógicamente, habría de llevarse a cabo en horario no presencial. La segunda reservaría dos días para la segunda actividad y dos para la tercera. Si bien la tarea de rellenar la plantilla de Microsoft Excel no tendría por qué implicar demasiado tiempo en su resolución, es preciso recordar que, con carácter previo, cada alumno tendría que computar los resultados globales de todos sus compañeros de clase.
La tercera, por su parte, sería la seleccionada para llevar a cabo las presentaciones de los resultados, es decir, las conclusiones registradas en la nota de prensa (actividad 3). El tiempo disponible por grupo quedaría fijado en veinte minutos y habrían de intervenir todos los miembros del mismo. La fecha de entrega de las diferentes actividades sería la de comienzo de la siguiente, es decir, la primera se entregaría el lunes de la segunda semana (fecha de inicio de la segunda actividad), la segunda, el miércoles de la segunda semana, etcétera.
Tabla 1. Cronograma
Criterios de evaluación: Las actividades uno y dos ponderarían un 30% del total. La tres y la presentación final, un 20%. Además, estas dos últimas se evaluarían a través de dos ítems o categorías diferentes, respectivamente: en la actividad tres, se evaluaría la “Ortografía” y la “Adecuación a los contenidos”. Mientras, la actividad cuatro se subdividiría en “Claridad expositiva” y “Diseño Powerpoint/Prezi”.
Tabla 2. Criterios de evaluación
Fuente: Elaboración propia.
Finalmente, cabe señalar que el instrumento de evaluación empleado sería la escala de valoración, la cual constaría de seis valores (puntuaciones de cinco a diez) siempre y cuando el alumno realizara la tarea prevista. De no acometerla, obtendría directamente una calificación de cero en ese ítem o atributo.Fuente: Elaboración propia.
Tabla 3. Rúbrica de criterios de evaluación
4.1. Actividad 1: “Cuestionario Javier”
La finalidad primordial de la EPA, siguiendo a Instituto Nacional de Estadística (2008), no es otra que la de ofrecer datos de las principales categorías poblacionales (ocupados, parados, activos e inactivos), así como la de llevar a cabo clasificaciones de estas categorías en función de diversas características. El formulario diseñado, “Cuestionario Javier[12]”, no se marca un objetivo diferente, pero sí se propone alcanzarlo de un modo más sencillo, directo y operativo.
El simple hecho de replantearse algunas de las cuestiones más básicas, y de tratar de sintetizar las restantes, conceden a este cuestionario su valor añadido más importante. Si bien la EPA permite comprender e interpretar las peculiaridades más significativas del mercado de trabajo español, el arduo y exhaustivo procedimiento implementado para la obtención de la información no resulta nada intuitivo. En un entorno como el de la Introducción a la Macroeconomía, no tendría demasiada trascendencia profundizar en los detalles técnicos del de la encuesta (diseño de la muestra, tipo de muestreo, estimadores, errores de muestreo, etcétera). Sí cobraría una gran relevancia, en cambio, realizar una primera aproximación a los rasgos más particulares del formulario del INE (tipo de preguntas, conexión entre ellas o diversidad de respuestas, por ejemplo), extrayendo lo más destacado del mismo. La cuestión clave es que no resulta nada obvio cumplimentar las preguntas incluidas en la EPA. Ni siquiera después de haber leído detenidamente las instrucciones facilitadas a este efecto[13]. En consecuencia, el cuestionario elaborado presenta la valiosa ventaja de constituir un sencillo compendio de las preguntas originales. Esta circunstancia facilita considerablemente la comprensión de la realidad laboral en España y proyecta una visión simplificada, pero muy significativa, de la situación económica y social al momento de realizar el análisis.
Por lo que se refiere a las preguntas incorporadas al cuestionario, unas están directamente extraídas del Cuestionario Encuesta de Población Activa 2005[14], otras provienen de Instituto Nacional de Estadística (2008) y el resto son de elaboración propia. La inmensa mayoría de ellas son cerradas o estructuradas, esto es, el conjunto de respuestas posibles se facilita previamente. De hecho, una gran parte de las cuestiones incluidas únicamente ofrecen tres alternativas y se podrían responder con un “Sí”, un “No” o un “No sabe”. Suelen implicar un laborioso trabajo de redacción, pero resultan muy cómodas y fáciles de contestar. En el caso que nos ocupa, es la situación deseada, ya que sería el alumno quien se encargaría de realizar el cuestionario en su hogar. Igualmente, hay que apuntar que también aparecen otras cuestiones cuya respuesta está codificada en la tabla pertinente (Anexo II). En estas últimas existen más opciones entre las que escoger, pero el carácter de la pregunta continúa siendo cerrado.
En cuanto a la estructura del formulario diseñado, consta de tres grandes bloques. El primero de ellos, módulo A, hace referencia a las características básicas de las personas que componen la vivienda “seleccionada” (la del estudiante correspondiente). El proceso original de selección, el que desarrolla el INE, no es inmediato ni simple. No obstante, en nuestro caso las viviendas “seleccionadas” serán las correspondientes a todos y cada uno de los alumnos matriculados en la asignatura de Introducción a la Macroeconomía.
En otras palabras, no se llevará a cabo ningún proceso de muestreo[15]. Esta primera sección incluye seis preguntas y su cumplimentación nos ofrece una panorámica de la vivienda examinada a partir de diversas variables de interés: relación de parentesco con la persona de referencia[16], sexo, nacionalidad, edad y máximo nivel de estudios alcanzado.
En lo que atañe al módulo B, la primera idea a fijar es la definición de población económicamente activa. Instituto Nacional de Estadística (2008) la establece en los siguientes términos: es el conjunto de personas de unas edades determinadas que, en un periodo de referencia dado, suministra mano de obra para la producción de bienes y servicios económicos o que están disponibles y hacen gestiones para incorporarse a dicha producción. En “Cuestionario Javier”, y respetando las pautas de elaboración de la EPA original, consideraremos que la población económicamente activa comprende todas las personas de 16 o más años que durante la semana de referencia (la previa a la realización de la encuesta) se clasifican como personas ocupadas o paradas.
Este módulo constituye el núcleo central del cuestionario y trata de resaltar las principales características determinantes de los colectivos anteriores. A este respecto, hay que aclarar que el Cuestionario Encuesta de Población Activa 2005 es demasiado farragoso. La secuencia de respuestas no es simple ni directa y resulta complicado efectuar un seguimiento razonable de aquel. Y no sólo para un estudiante que se inicie al estudio de la Macroeconomía. Por este motivo, las preguntas agregadas al cuestionario reproducen únicamente los aspectos más básicos relacionados con todas estas definiciones. En este sentido, una de sus grandes virtudes reside en el hecho de que, a pesar de su aparente sencillez, el tratamiento y análisis de los diferentes conceptos manejados se ha llevado a cabo de manera meticulosa.
La cumplimentación de este segundo bloque nos permitiría identificar a la población ocupada. Según el cuestionario diseñado, existen tres posibilidades de clasificar a una persona como ocupada[17] (la última se desdobla, a su vez, en dos):
1) Haber trabajado una hora (al menos) durante la semana de referencia, que es la previa a la realización del cuestionario, y haber recibido una remuneración o beneficio económico por desarrollar ese trabajo. Es la condición clásica, la más extendida entre el público;
2) Haber ayudado, durante la semana de referencia, en la empresa, negocio o explotación de un familiar con el que se convive y que haya sido no remunerado (ayuda familiar). Constituye el caso más sorprendente y suele ser, por tanto, una opción no considerada o ignorada;
3) Tener un empleo, pero no haber trabajado en él durante la semana de referencia. En este caso, para ser clasificado como ocupado se ha de satisfacer, además, uno de los dos requisitos siguientes:
– Que la ausencia esté justificada por enfermedad, accidente, vacaciones, licencia de maternidad, fiestas o mal tiempo y que la reincorporación al puesto de trabajo esté prevista para un periodo igual o inferior a tres meses.
– Que la ausencia esté justificada por enfermedad, accidente, vacaciones, licencia de maternidad, fiestas o mal tiempo y que continúe recibiendo, al menos, el 50% del salario.
El último de los tres grandes bloques que conforman el cuestionario es el módulo C. Esta sección recogería el testimonio de aquellos individuos que, después de haber respondido a las correspondientes preguntas del módulo B, no cumplieran las condiciones necesarias para ser clasificados como ocupados. De este modo, los individuos que accediesen a esta parte del cuestionario ya únicamente podrían recibir la consideración de parados o inactivos. Según el “Cuestionario Javier”, se clasificaría a un individuo como parado cuando teniendo 16 o más años se cumplieran, simultáneamente, las tres condiciones que se exponen a continuación:
1) No tener un empleo (estar desocupados);
2) Llevar buscando uno durante, al menos, el mes inmediatamente precedente a la semana de referencia (búsqueda activa);
3) Estar disponible para trabajar en dos semanas.
Por lo que se refiere a las instrucciones de cumplimentación[18], el “Cuestionario Javier[19]”, como se ha indicado más arriba, consta de tres módulos que cada uno de los estudiantes habría de completar a partir de las siguientes orientaciones. El principio básico a respetar consistiría en comenzar el cuestionario con la pregunta A1 y seguir un orden correlativo de acuerdo a las pautas establecidas en cada casilla. En el módulo A, y a diferencia de lo que sucederá con los dos restantes, el alumno habría de rellenar todos los campos para cada persona. Para una correcta cumplimentación de este apartado del cuestionario, el alumno debería seguir las siguientes pautas:
Casilla A1. La primera pregunta es relativa al nombre y apellidos de los diferentes individuos que, estando presentes o ausentes en el momento de llevar a cabo la encuesta, conviven de manera regular en la vivienda. A la hora de determinar qué personas formarían parte del estudio, es preciso realizar las siguientes puntualizaciones:
– Personas presentes en la vivienda (en el momento de llevar a cabo la encuesta): Consideraríamos que son “encuestables” si llevaran tres o más meses presentes (con independencia de que ocupasen, o no, otra vivienda permanentemente). En consecuencia, no se recabaría información de aquellas personas que llevaran menos de tres meses en la vivienda.
– Personas ausentes en la vivienda: Consideraríamos que son “encuestables” si llevaran menos de tres meses ausentes (con independencia de que ocupasen, o no, otra vivienda permanentemente). En consecuencia, no se recabaría información de aquellas personas que llevaran más de tres meses ausentes.
Casilla A2. Es relativa al parentesco de cada uno de los individuos de la vivienda con la persona de referencia. Se respondería utilizando una de las nueve claves que aparecen en la Tabla A.II.1[20].
Casilla A3. Hace referencia a la nacionalidad. Las diferentes alternativas están codificadas en la Tabla A.II.2.
Casilla A4. Nos permitiría determinar la edad de cada persona, una de las principales variables de interés de cara a clasificaciones posteriores.
Casilla A5. Mediante una V (varón) o una M (mujer) especificaríamos el sexo del individuo encuestado.
Casilla A6. Esta celda nos aporta información acerca del máximo nivel de estudios alcanzado por un individuo en concreto. La Tabla A.II.3 agrupa siete posibles respuestas que van desde el nivel educativo más bajo, “Analfabeto”, hasta el más alto, “Educación superior”. Esta codificación se ha realizado a partir de Instituto Nacional de Estadística (2014). No obstante, el criterio simplificado que se ha establecido es el siguiente:
– Agruparíamos dentro de la categoría “Analfabeto”, codificada con el número 1, a todos aquellos individuos que no hubieran cursado ningún programa educativo.
– Agruparíamos dentro de la categoría “Estudios primarios incompletos”, codificada con el número 2, a todos aquellos individuos que hubieran cursado estudios primarios, pero que no los hubiesen finalizado.
– Agruparíamos dentro de la categoría “Educación primaria”, codificada con el número 3, a todos aquellos individuos cuyo máximo nivel formativo fuera el de estudios primarios completos.
– Agruparíamos dentro de la categoría “Primera etapa de educación secundaria y similar”, codificada con el número 4, a todos aquellos individuos cuyo máximo nivel formativo fuera haber concluido 3º de la Educación Secundaria Obligatoria (ESO) y a aquellos otros que hubieran realizado formación e inserción laboral que precisara de título de primera etapa de secundaria.
– Agruparíamos dentro de la categoría “Segunda etapa de educación secundaria, con orientación general”, codificada con el número 5, a todos aquellos individuos cuyo máximo nivel formativo fuera haber concluido las enseñanzas de bachillerato.
– Agruparíamos dentro de la categoría “Segunda etapa de educación secundaria”, con orientación profesional, codificada con el número 6, a todos aquellos individuos cuyo máximo nivel formativo fuera haber concluido enseñanzas técnico-profesionales de grado medio, enseñanzas de grado medio de música y danza y también a aquellos otros que hubieran realizado formación e inserción laboral que precisara de título de segunda etapa de secundaria.
– Agruparíamos dentro de la categoría “Educación superior”, codificada con el número 7, a todos aquellos individuos cuyo máximo nivel formativo fuera haber concluido enseñanzas técnico-profesionales de grado superior o quienes hubiesen finalizado estudios universitarios oficiales de Grado, Máster o Doctorado.
Completado el módulo A, no sería necesario recabar más información de los menores de 16 años; los módulos B y C únicamente se cumplimentarían para las personas potencialmente activas (individuos de 16 y más años). De este modo, después de responder a la pregunta A6 pasaríamos a la segunda página del “Cuestionario Javier” y contestaríamos a la pregunta B1, que es la que abre el módulo B.
La regla adoptada en esta sección es muy simple. Tomemos como ejemplo la pregunta B1 inicial. Si la respuesta marcada es “Sí[21]”, pasaríamos a B2. Si, por el contrario, nuestra respuesta es “No” o “No sabe”, nos desplazaríamos directamente a la pregunta B3. Y así, sucesivamente. Como se acaba de poner de manifiesto, de B1 en adelante ya no sería necesario rellenar todas las columnas para todos los individuos. En función de la respuesta marcada, y siguiendo las indicaciones que aparecen justo debajo de cada pregunta, el alumno iría cumplimentando el cuestionario para cada individuo “encuestable” de su vivienda. De este modo, existirían dos opciones de finalizar el módulo B:
1) Clasificar a un individuo como ocupado. En este caso, existirían hasta cuatro secuencias alternativas para alcanzar esta situación. Son las siguientes:
Tabla 4. Posibilidades de clasificar a un individuo como ocupado
2) No poder clasificar a un individuo como ocupado, en cuyo caso se remitiría al individuo encuestado al módulo C.
Los individuos catalogados como ocupados tendrían que responder a tres nuevas cuestiones antes de dar por finalizado el cuestionario: B10, B11 y B12. La pregunta B10 está formulada para determinar la situación profesional[22] de los individuos encuestados, la cuestión B11 es referente a la duración del contrato y la B12 afecta al carácter de la jornada de trabajo. En relación con esta última, el criterio que tendrían que seguir los estudiantes para rellenar la casilla es el sostenido por la EPA. Pérez Infante (2006) nos recuerda que tras el cambio metodológico que tuvo lugar en 1992, si un individuo trabaja más de 35 horas a la semana se considera que lo hace a tiempo completo; si, por el contrario, trabaja menos de 35 horas, se le clasifica como ocupado a tiempo parcial. La población clasificada como ocupada finalizaría el cuestionario tras responder a la pregunta B12.
Finalmente, el módulo C hace referencia a la población parada e inactiva. Aquellos individuos para los cuales se hubiera tenido que completar el módulo B del cuestionario, esto es, las personas de 16 o más años, y que no hubiesen recibido la denominación de ocupados, habrían de responder a las cuestiones planteadas en el módulo C para dilucidar su categoría poblacional. Quienes respondiesen afirmativamente a las cuestiones C1 y C2 serían considerados parados. Cualquier otra combinación implicaría que el individuo es inactivo.
Para los parados se incluye una pregunta adicional sobre la duración del desempleo (C3). Por su parte, quienes resultasen clasificados como inactivos deberían responder a la pregunta C4, relativa al grupo o colectivo al que pertenecen. Las respuestas a ambas cuestiones están codificadas y se tendrían que responder consultando las Tablas A.II.5 y A.II.6, respectivamente.
Por lo que respecta a la Tabla A.II.5, no es preciso realizar ningún apunte adicional. En cuanto a la Tabla A.II.6, las categorías funcionales a escoger serían las siguientes[23]: (1) Labores del hogar. Agruparíamos en esta categoría a todos aquellos individuos que, sin ejercer ninguna actividad económica, se encargasen de sus propios hogares sin recibir remuneración; (2) Estudiantes. Agruparíamos en esta categoría a todos aquellos individuos que, sin ejercer ninguna actividad económica, recibiesen una preparación o enseñanza de modo regular dentro del ámbito educativo; (3) Jubilados, prejubilados o pensionistas. Agruparíamos en esta categoría a todos aquellos individuos que hubiesen desarrollado una actividad económica previa y que, bien por su edad, bien por otras causas, hubieran dejado de ejercitarlas. A cambio, reciben una pensión o unos ingresos de prejubilación; (4) Incapacitados para trabajar. Agruparíamos en esta categoría a todos aquellos individuos que se encontrasen impedidos para desarrollar su trabajo habitual de forma sistemática por motivos de enfermedad o accidente; (5) Otra situación. Agruparíamos en esta categoría a todos aquellos individuos que, sin ejercer ninguna actividad económica, recibiesen algún tipo de ayuda (pública o privada) y no se identificaran con ninguna de las categorías anteriores.
4.2. Actividad 2: Análisis a través de Microsoft Excel
La segunda de las actividades planteadas consistiría en llevar a cabo un análisis e interpretación de resultados mediante la herramienta Microsoft Excel. Esta actividad también tendría carácter individual y consistiría en insertar en un libro de Excel los resultados recabados en la primera actividad. No obstante, los datos a introducir no serían los anotados individualmente por cada estudiante, sino los relativos al conjunto de la clase, que sería nuestra muestra.
La plantilla diseñada contiene once hojas y simplifica el estudio de la actividad económica y la realidad laboral de España según las principales categorías poblacionales (ocupados, parados e inactivos). Todas las hojas están protegidas por contraseña y tan sólo existen determinadas celdas habilitadas para introducir resultados. Son las que presentan un sombreado en tono anaranjado. Las que contienen un cero están configuradas para generar sumas automáticas. Además, el archivo está concebido para que el alumnado únicamente inserte datos razonables. Si un estudiante tratase de introducir un carácter alfabético, un número entero negativo, etcétera, Microsoft Excel devolvería un mensaje de error mediante una ventana emergente.
Por otro lado, una de las principales ventajas de este software es el potencial del aparato gráfico. Tal y como se ha señalado con anterioridad, la simple cumplimentación de esta hoja de cálculo no solo genera resultados globales por adición, sino que también despliega representaciones gráficas de lo más variadas[24] (columna en 2-D, circular, barra en 2-D, cilíndrica e incluso otro tipo de gráficos no tan habituales). De cara al análisis de datos e interpretación de resultados, las posibilidades que presentan estas figuras son múltiples.
En cuanto al contenido de las diferentes hojas, es preciso subrayar brevemente las siguientes ideas:
– La primera hoja, “Clasificación de la población”, es una réplica de la tradicional organización de los individuos utilizada por el INE. Es un esquema muy intuitivo y permitiría contemplar la distribución de las personas en las diferentes categorías poblacionales.
– La segunda y la tercera abarcarían los resultados generales que hubiese deparado el “Cuestionario Javier”. En la segunda, se representarían los datos en valores absolutos. En la tercera, las tasas más importantes vinculadas a la actividad, la ocupación y el desempleo. En relación con esto último, cabe resaltar que la utilidad de una plantilla como la confeccionada cobra aún mayor relevancia. A pesar de no poder modificar las celdas que no están sombreadas en naranja, los estudiantes sí podrían visualizar las operaciones programadas en todas ellas. De este modo, el alumnado podría consultar cómo se han obtenido las tasas de actividad, ocupación o paro y asimilar la definición de las mismas.
– Las hojas cuatro, cinco y seis son referentes a la ocupación. La cuatro agruparía los resultados según la situación profesional, la quinta se detiene en el tipo de contrato (indefinido o temporal) y la sexta es relativa a la duración de la jornada (a tiempo completo o a tiempo parcial).
– Las hojas siete, ocho, nueve y diez miden el desempleo. La siete, por grupos de edad (para comprobar el alcance del desempleo juvenil, entre otros); la ocho, por duración del desempleo (para computar el paro de larga duración); la nueve, en función de la nacionalidad y la diez, por máximo nivel de estudios alcanzado.
– Finalmente, la hoja undécima consideraría el colectivo de inactivos.
Todas las clasificaciones realizadas desde la segunda hoja hasta la undécima tienen presente la perspectiva de género y diferencian por sexo.
4.3. Actividad 3: Generación de una nota de prensa
La tercera de las actividades consistiría en llevar a cabo un ejercicio de redacción de conclusiones y trataría de emular la nota de prensa de una determinada EPA. En esta ocasión, se llevaría a cabo colectivamente. Tal y como se adelantó al inicio de la sección, el planteamiento de un ejercicio de carácter global como el que aquí se propone no sólo perseguiría explotar las bondades y fortalezas del trabajo individual, sino que también buscaría fomentar y promover el aprendizaje colaborativo y cooperativo, enriquecer el debate y aprovechar otras virtudes exclusivas del trabajo en equipo. Por ejemplo, la educación en valores (generosidad, respeto, solidaridad) o las ganancias de eficiencia (delimitación de trabajo, ausencia de duplicidades). De este modo, una vez cumplimentado el “Cuestionario Javier” y el libro de Microsoft Excel, el alumnado se dividiría en diversos grupos (cuyo número dependería del número de estudiantes matriculados en la asignatura) con una tarea en común: elaborar un documento con los resultados más destacados y sorprendentes.
Una vez realizado, se pondría punto y final a un ciclo de tres prácticas que, en su conjunto, reproducen una simulación de las diferentes actuaciones desarrolladas por el INE en torno a la EPA. Posteriormente, y ya para dar por terminado el ejercicio de forma definitiva, tendrían lugar las exposiciones orales por parte de los diferentes grupos implicados. El último turno de palabra correspondería al docente, que presentaría los resultados de la última EPA publicada (Instituto Nacional de Estadística, 2017) y contrastaría los resultados oficiales con los simulados por sus estudiantes.
5. Conclusiones
La crisis económica y financiera actual ha traído consigo un alarmante deterioro de los principales indicadores del mercado de trabajo en los países desarrollados. En España, en particular, la sensibilización ante el drama del desempleo es especialmente característica, pero lo es, ante todo, con los más jóvenes. Son ellos precisamente, nuestro público objetivo en las aulas, quienes demandan todo nuestro esfuerzo y dedicación. Esta vulnerabilidad detectada en la economía española viene justificada, entre otras razones, por las decisiones educativas adoptadas. La elevada tasa de abandono escolar temprano o el bajo conocimiento de idiomas son sólo dos ejemplos que ilustran el alcance de las variables educativas en la explicación del desempleo. Por ello, la necesidad de invertir en capital humano resulta imprescindible para revertir esta realidad y empezar a concebir un futuro más esperanzador en los próximos años.
En este empeño, una de las principales motivaciones de este trabajo era poner de manifiesto el potencial de la EPA como herramienta de análisis del mercado de trabajo. De este modo, el ejercicio presentado en estas páginas supone un avance en el proceso de enseñanza-aprendizaje por dos razones. En primer lugar, porque constituye una primera aproximación a una de las metodologías más importantes de la actividad investigadora: la encuesta. Por otra parte, porque representa una clara ruptura con las actividades más tradicionales, de corte puramente memorístico y basadas en la reproducción mecánica de contenidos, citas y definiciones. En esta línea, y a fin de formar personas autónomas y reflexivas, el trabajo propuesto se fundamenta en el análisis e interpretación de datos procedentes de acontecimientos reales. Como resultado de todo ello, el alumnado puede iniciarse en tareas de investigación a pequeña escala y comenzar a desarrollar, entre otras, la capacidad de síntesis, esencial para transmitir adecuadamente impresiones y para asentar conocimientos.
Con el propósito de llevar a término todos estos planteamientos, las nuevas tecnologías emergen como potentes y valiosos instrumentos al servicio de los estudiantes. Si bien es cierto que un uso inadecuado o desproporcionado de las mismas podría generar efectos muy perjudiciales, los beneficios siguen siendo muy superiores a los inconvenientes. En este nuevo contexto, asimismo, el alumnado comprende la importancia del trabajo individual para conseguir logros a título personal, pero también valora la repercusión de sus actuaciones en proyectos grupales. Contempla diversos escenarios, considera diferentes alternativas e intenta, en definitiva, articular la mejor solución. Por este motivo, la necesidad de educar en valores apoyando iniciativas originales e innovadoras resulta primordial para la consecución de los objetivos propuestos. En última instancia, se trataría de lograr que la complicidad y la cooperación entre todas las fuerzas que forman parte del proceso educativo fuesen máximas.
Finalmente, y como trabajo a futuro, es preciso subrayar que la propuesta docente aquí desarrollada aún podría ser mejorada en diferentes aspectos. A corto plazo, el objetivo más inmediato perseguiría implementar las tres actividades descritas en alguna plataforma o campus virtual. De este modo, nos plantearíamos, a su vez, la consecución de un doble propósito. Por un lado, trataríamos de potenciar la utilidad del ejercicio mediante su impulso y difusión en metodologías de enseñanza a distancia. Y en segundo lugar, evaluaríamos el ahorro en recursos materiales y los beneficios potenciales en términos de eficiencia.
Anexo I
“Cuestionario Javier”
Este anexo consta de seis páginas. Además de esta primera introductoria, las cinco restantes están estructuradas en tres módulos y reúnen un total de veintidós preguntas. La organización de estos tres bloques es la que se describe a continuación:
– A.I. Módulo A (hoja 1). Se compone de seis preguntas que deberían responder todas las personas “encuestables[25]”. Son directas y simples.
– A.I. Módulo B (hojas 2, 3 y 4). Los menores de dieciséis años ya no tendrían que responder a esta parte del cuestionario. Constituye el bloque más extenso y comprende doce cuestiones. Estas preguntas se pueden subdividir, a su vez, del siguiente modo:
– Las nueve primeras (B1-B9) revelarían si se puede incluir, o no, a un determinado individuo en la categoría de ocupado.
– Las otras tres (B10-B12), son propias y características de la población ocupada y nos permitirían obtener información adicional para llevar a cabo el resto de actividades propuestas en este trabajo[26].
– A.I. Módulo C (hoja 5). Abarca las últimas cuatro preguntas. Quienes no hubiesen recibido la calificación de ocupado en el módulo anterior dirimirían su categoría poblacional respondiendo a las cuestiones C1 y C2. Las dos restantes, C3 y C4, son específicas de la población parada e inactiva, respectivamente. Al igual que sucede con las preguntas B10-B12, resultan de gran utilidad en el desarrollo e implementación de las actividades dos y tres.
Las tablas que se mencionan en algunas de las casillas del cuestionario, y que resultan imprescindibles para su correcta cumplimentación, aparecen desglosadas inmediatamente después de la última hoja de aquel, en el Anexo II.
Finalmente, el Anexo III que aparece tras las tablas resume las posibilidades del cuestionario ante cada respuesta y sirve como guía para completarlo de manera adecuada.
A.I. Módulo A: determinación de las características básicas de las personas de la vivienda (presentes o ausentes)
A.I. Módulo B (sólo individuos > 16 años): determinación de la población ocupada
A.I. Módulo B (sólo individuos > 16 años): determinación de la población ocupada
A.I. Módulo B (sólo individuos > 16 años): determinación de la población ocupada
A.I. Módulo C (sólo individuos > 16 años): determinación de la población parada e inactiva
Anexo II
Tablas Codificadas Relativas Al “Cuestionario Javier”
Tabla A.II.1. Claves para determinar la relación con la persona de referencia:
- Persona de referencia (p.r.)
- Cónyuge o pareja de la p.r.
- Hijo/a, hijastro/a (de la p.r. o pareja del mismo)
- Yerno, nuera (o pareja del hijo/a, hijastro/a)
- Nieto/a, nieto/a político/a (o pareja de los mismos)
- Padre, madre, suegro, suegra (o pareja de los mismos)
- Otro pariente de la p.r. (o pareja del mismo)
- Persona del servicio doméstico
- Sin parentesco con la p.r.
Tabla A.II.2. Claves para determinar la nacionalidad:
- Española
- Española y otra
- Extranjera
Tabla A.II.3. Claves para determinar el nivel educativo:
- Analfabeto
- Estudios primarios incompletos
- Educación primaria
- Primera etapa de educación secundaria y similar
- Segunda etapa de educación secundaria, con orientación general
- Segunda etapa de educación secundaria, con orientación profesional
- Educación superior
Tabla A.II.4. Claves para determinar la situación profesional:
- Asalariado sector público
- Asalariado sector privado
- Empresario con asalariados
- Trabajador independiente o empresario sin asalariados
- Miembro de una cooperativa
- Ayuda en la empresa o negocio familiar
- Otra situación
Tabla A.II.5. Claves para determinar la duración del desempleo:
- Menos de 1 mes
- De 1 mes a menos de 3 meses
- De 3 meses a menos de 6 meses
- De 6 meses a menos de 1 año
- De 1 año a menos de 2 años
- 2 años o más
Tabla A.II.6. Claves para identificar el tipo de inactividad:
- Labores del hogar
- Estudiantes
- Jubilados o pensionistas
- Incapacitados para trabajar
- Otra situación
Anexo III
Esquema Del “Cuestionario Javier”
Notas
[1] El último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), publicado en julio de 2017, sitúa el paro como la principal preocupación de los españoles. Véase la respuesta a la pregunta 7 en el siguiente enlace: http://www.cis.es/cis/export/sites/default/-Archivos/Marginales/3180_3199/3183/es3183mar.pdf.
[2] Definición aportada por Eurostat.
[3] En inglés: Not in Employment, Education or Training (NEET).
[4] Para una información más detallada de los aspectos metodológicos, acceda al informe estandarizado mediante el siguiente enlace: http://www.ine.es/dynt3/metadatos/es/RespuestaDatos.html?oe=30308.
[5] Para un conocimiento más exhaustivo de la metodología de encuesta, puede consultarse el trabajo seminal de Kerlinger (1983) o las aportaciones de Alvira (2004), Ávila (2006), Cea D’Ancona (1998), Fowler (1993), García Ferrando (1992), Rojas Tejada et al. (1998), Visauta (1989) o Yin (1989).
[6] Para una información más detallada acerca del tipo de muestreo, la estratificación de las unidades de muestreo o el tamaño de la muestra, véase Instituto Nacional de Estadística (2009).
[7] El diseño del “Cuestionario Javier”, así como el de la plantilla de Microsoft Excel, es de elaboración propia.
[8] Para una información más detallada, consúltese la Tabla 1.
[9] La plantilla que se utilizaría en la segunda actividad está diseñada para que funcione correctamente en cualquier versión.
[10] La planificación del ejercicio concede cuatro horas semanales a la asignatura de Introducción a la Macroeconomía.
[11] Véase Apartado 4.1, en lo relativo a la casilla A1.
[12] Véase Anexo I.
[13] Véase Instituto Nacional de Estadística (2008).
[14] Es el que está disponible en la siguiente dirección: http://www.ine.es/daco/daco42/daco4211/epacues.htm. Los últimos cambios metodológicos que afectan a la encuesta se introdujeron ese año y no se ha vuelto a dejar a disposición del público otro formulario desde entonces.
[15] En el primer apartado, así como en páginas posteriores, se hace especial hincapié en relación con los verdaderos objetivos a alcanzar en este trabajo. No se trataría de obtener resultados significativos a partir de la información obtenida en el aula; no lo serán en ningún caso. La finalidad no sería otra que la de presentar y dar a conocer al alumnado el alcance de uno de los instrumentos más reconocidos a la hora de determinar las características básicas del mercado de trabajo en España.
[16] En lo relativo al “Cuestionario Javier”, la persona de referencia sería siempre el estudiante correspondiente.
[17] Esta categorización abreviada se ha realizado a partir de las explicaciones de Pérez Infante (2006) y tras una lectura minuciosa de Instituto Nacional de Estadística (2008).
[18] A fin de facilitar la comprensión de las ideas expuestas en esta sección, y de agilizar la visualización de todos los resultados que admite el cuestionario, se ha incluido un esquema en el Anexo III.
[19] El cuestionario está diseñado para un total de diez personas. Si se diera el caso de que el número de personas que integran la vivienda encuestada es superior a esta cifra, no habría más que completar un formulario idéntico con carácter adicional. La casilla correspondiente a Individuo 1 siempre sería la del alumno correspondiente (persona de referencia en su vivienda).
[20] Véase Anexo II.
[21] En el caso de una persona que atienda una empresa, negocio o explotación de un familiar con el que convive, se consideraría que no ha trabajado ni siquiera una hora durante la semana de referencia, por lo que debería responder «No» a la pregunta B1. Es, quizás, una de las cuestiones más controvertidas y sorprendentes, pero así lo dictan las pautas de cumplimentación del Cuestionario Encuesta de Población Activa 2005 y son las que aquí vamos a respetar.
[22] La Tabla A.II.4 incluye 7 claves diferentes para definirla correctamente.
[23] Véase: Instituto Nacional de Estadística (2008).
[24] Para una consulta pormenorizada de las amplias posibilidades que ofrece la herramienta Microsoft Excel, consúltese Pérez (2012).
[25] Véase Apartado 4.1, en lo relativo a la casilla A1.
[26] Véanse Apartados 4.2 y 4.3.
[27] En nuestro caso, las personas de referencia serán siempre los diferentes alumnos matriculados en la asignatura de Introducción a la Macroeconomía.
[28] Consideraremos que es la semana inmediatamente anterior, de lunes a domingo, a aquella en la que se realice el “Cuestionario Javier”.
Agradecimientos
Agradezco a los participantes en el XXIV Encuentro de Economía Pública, celebrado en Toledo los días 26 y 27 de enero de 2017, los comentarios realizados a una versión preliminar de este trabajo. Asimismo, me gustaría agradecer a dos evaluadores anónimos y a una editora de esta revista las observaciones y sugerencias realizadas en relación con el mismo.
REFERENCIAS
Alvira, F. (2004) : La encuesta: una perspectiva general metodológica. 2ª edición, Madrid: Centro de Investigaciones Sociológicas, Cuadernos Metodológicos, 35.
Ávila, H. L. (2006): Introducción a la metodología de la investigación. Edición electrónica. Texto completo en: www.eumed.net/libros/2006c/203/.
BBVA Research (2011): “Desempleo juvenil en España: Causas y soluciones”, Madrid: BBVA Research, Documentos de Trabajo, Número 11/30. Disponible en: http://www.bbvaresearch.com/.
Cea D’Ancona, Mª A. (1998): Metodología cuantitativa: Estrategias y Técnicas de Investigación Social, Madrid: Editorial Síntesis.
Cohen, L. y L. Manion (1990): Métodos de investigación educativa, España: La Muralla.
European Commission (2012): “Long-term Unemployment”, Luxembourg: Publications Office of the European Union. ISBN 978-92-79-23708-9. Disponible en: http://ec.europa.eu/.
European Commission (2013): “Starting Fragile. Gender Differences In The Youth Labour Market”, Luxembourg: Publications Office of the European Union. ISBN 978-92-79-31252-6. Disponible en: http://ec.europa.eu/.
European Commission (2014): “Eurostat Regional Yearbook 2014”, Luxembourg: Publications Office of the European Union. ISBN 978-92-79-38906-1. Disponible en: http://ec.europa.eu/.
Fernández, C. y M. Izquierdo (2013): “El ajuste de los mercados laborales europeos desde el inicio de la crisis”, Boletín Económico, febrero, Banco de España.
Fowler, F. J. (1993): Survey Research Methods, Newbury Park, California: Sage.
García Ferrando, M. (comp.) (1992): El análisis de la realidad social. Métodos y técnicas de investigación, Madrid: Alianza.
García López, J. R. (2014) : “El desempleo juvenil en España”, Revista ICE, Número 881, noviembre-diciembre, pp. 11-28. Disponible en: http://www.revistasice.com.
Instituto Nacional de Estadística (2008): Encuesta de Población Activa. Metodología 2005. Descripción de la encuesta, definiciones e instrucciones para la cumplimentación del cuestionario. Madrid: INE. Disponible en: http://www.ine.es.
Instituto Nacional de Estadística (2009): Encuesta de Población Activa. Diseño de la Encuesta y Evaluación de la calidad de los datos. Informe Técnico. Madrid: INE. Disponible en: http://www.ine.es.
Instituto Nacional de Estadística (2014): Clasificación Nacional de Educación 2014 (CNED-2014). Introducción y aspectos generales. Madrid: INE. Disponible en: http://www.ine.es.
Instituto Nacional de Estadística (2017): Encuesta de Población Activa. Primer trimestre de 2017, Nota de prensa 27 de abril de 2015 (Consultado 20/05/17). Disponible en: http://www.ine.es.
Kerlinger, F. (1983): Investigación del comportamiento. Técnicas y metodologías. 2ª edición, México: Ed. Interamericana.
Krugman, P. (2015): Fundamentos de Economía. 3ª edición, Barcelona: Ed. Reverté.
McConnell, C. R. et al. (2010): Economía laboral. Séptima edición, Aravaca (Madrid): Ed. McGraw-Hill.
Ministerio de Educación, Cultura y Deporte (2013): Panorama de la educación. Indicadores de la OCDE 2013. Informe español, Madrid: Instituto Nacional de Evaluación Educativa. Disponible en: http://www.mecd.gob.es.
Ministerio de Empleo y Seguridad Social (2013): Estrategia de emprendimiento joven y empleo 2013-2016. Madrid: Ministerio de Empleo y Seguridad Social. Disponible en: http://www.empleo.gob.es.
OECD (2014a): “Education at a Glance 2014: OECD Indicators”, OECD Publishing. Disponible en: http://www.oecd.org.
OECD (2014b): “OECD Economic Outlook, Vol. 2014/1”, OECD Publishing. Disponible en: http://www.oecd.org.
Ortega, E. y J.Peñalosa (2012). “Claves de la crisis económica española y retos para crecer en la UEM”. Documentos Ocasionales nº 1201, Banco de España.
Paniagua, M. (coord.) (2015): «La evaluación ex-ante del Programa Operativo de Empleo, Formación y Educación», Madrid: Instituto de Estudios Fiscales, Documentos de Trabajo, nº6/2015, pp. 22-49. Disponible en: http://www.ief.es.
Pérez Infante, J. I. (2006): Las estadísticas del mercado de trabajo en España, Madrid: Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales.
Pérez, C. (2012): Estadística Aplicada. Conceptos y ejercicios a través de Excel. 1ª edición, Madrid: Garceta grupo editorial.
Rojas, A.; J. Fernández y C. Pérez. (1998): Investigar mediante encuestas. Fundamentos teóricos y aspectos prácticos, Madrid: Editorial Síntesis.
Romero Jordán, D. (2003): “La enseñanza de la economía: algunas reflexiones sobre metodología y el control de la actividad docente”, Madrid: Instituto de Estudios Fiscales, Documentos de Trabajo, nº 4/03. Disponible en: http://www.ief.es.
Solon, G. et al. (1994): “Measuring the cyclicality of real wages: how important is composition bias?”. The Quarterly Journal of Economics, vol. 109 (1), pp. 1-25.
Travé González, G. (editor) (2001): Didáctica de la economía en el bachillerato, Madrid: Editorial Síntesis Educación, Didáctica de las Ciencias Sociales, vol.1.
Visauta, B. (1989): Técnicas de investigación social I: Recogida de datos, Barcelona: PPU.
World Bank (2013): “World Development Report 2013: Jobs”. New York: Oxford University Press.
Yin, R. K. (1989): “Case Study Research: Design and Methods”, Applied social research Methods Series, Newbury Park, CA: Sage.